Aninés Macadam - editora - aninesmacadam@gmail.com

martes, 12 de diciembre de 2017

La última violeta

Un boceto de Roque Vega

LA ÚLTIMA VIOLETA
Por don Pedro de Mendoza hacia Necochea,
la niebla trasnocha el puente  silenciando  el paisaje.

El piringundín transita una noche más.
Un fueye gime tangos presagiando la mañana. En frenética danza todos intentan retener la magia del lugar bebiendo  el  último resto  de soledad.
Olga, simula una sonrisa, entrega el ramo de violetas. La mujer lo toma sin dejar de abrazar al circunstancial amigo. Este, sin levantar la vista deja varias monedas sobre la mesa.
Olga agradece, retirándose hacia el fondo del salón.
-¡Violetas! ¡Violetas  señor!
¡Violetas para una bella dama!
Andrés, entre besos y caricias solo vio la mano de la mujer tomando el dinero.
 Ahora, la observa alejarse entre  humo y risas.
-¡Otra copa! Dice su amiga sin dejar de besarlo.
Andrés  mira hacia el fondo del salón, sabe que es ella. Bebe el champán fantaseando la caricia del recuerdo.
Es madrugada.
Paso lento, manos en los bolsillos. El frio lo obliga  a levantar el cuello del sobretodo. Hoy al igual que ayer, busca su esquina ¡Necesita apoyar el cansancio!

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