Un boceto de Roque Vega
LAS BRAZZI
Roque Vega
“Fue un tiempo de barcos, acordeón y marineros”
Las Brazzi, viven en la cortada
Parker a mitad de cuadra. Al lado del despacho de vino y aceite.
Ellas
pertenecen a la memoria del barrio. Se las visita en momentos muy especiales,
son bordadoras y planchadoras de ropa fina.
Cuando se las necesita, Betty es la
que atiende. Seria de pocas palabras.
Bibi, la mayor, no se deja ver. Siempre en la zapie, borda y plancha, mira de reojo y continúa en su quehacer.
Violeta, es la
excepción, no hay chisme del barrio
que se le escape. Es
coqueta. Labios exageradamente pintados. El rouge algo pasa los limites.
Siempre dispuesta para ayudar a los
vecinos. Sonriente. No es como las
hermanas: -¡Esas son amargas, me aburren! –lo repite a cada rato.
Va de aquí por allá con su gastada bolsa para los mandados.
¡Qué Dios nos libre de encontrarla
en la panadería, almacén, porque puede quedarse hasta el anochecer.
Al entrar a la casa aun sin haber
descargado la mercadería comienza a recitar el rosario de chismes: Que el hijo
del doctor ¡Y la maestra, mejor ni hablar¡ ¡Claro! ¡Ustedes siempre aquí
adentro, si no fuese por mí, vivirían en el limbo!
Betty y Bibi la miran de reojo y continúan bordando y planchando. Les
molesta la alegría de Violeta. Ella
canta, tararea tangos tras tango, y no solo eso, también sabe las
canciones de moda, esos enloquecedores ritmos de ahora.
Las vecinas comentan cosas de las Brazzi
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